Tengo la sensación de que la mayor parte de las veces que comemos es así, «forzados». Entendedme, a veces convertimos la comida en un puro trámite, comemos rápido y así podemos seguir trabajando.
Mientras comemos aprovechamos para mandar un email, hacer la lista de la compra, acabar un informe y hacer una llamada…básicamente, aprovechamos para todo, menos para comer. Engullimos con la finalidad de dedicarle el tiempo que podamos rascar a la comida a algo «realmente» importante.
Necesitamos sentirnos útiles y productivos en cada momento, con la atención puesta en mil cosas, pero sin concentrarnos en ninguna.
Hemos caído en la trampa del mundo que va a toda velocidad, en lo que todo es para ayer. Quizás si paramos esa media hora y la dedicamos sólo a comer, conseguiremos levantar un poco el pie del acelerador.
Además comeremos con atención, dándole a nuestro cuerpo aquello que necesita. Si crees que ésto no te va a hacer eficiente, te equivocas, comer bien y estar hidratado ayuda a tener un mayor rendimiento.
Pero olvídate de ésto, ¿no crees que te mereces comer en al menos 30 minutos sin estar pendiente de móvil y ordenador?
«Tiempos modernos» Charlie Chaplin