El poso.

Ojalá ante cualquier cosa que nos pase pudiéramos resetear y olvidar. Pero no es así, cada cosa que ocurre, produce un cambio en nosotros. Deja una huella.
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Cuando hay atracones con la comida, solemos pensar que no va a pasar más, el «mañana será otro día» se convierte en mantra.
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Quizás si nos damos la oportunidad de ver qué lo precipitó, qué emociones había ahí, cómo me siento, que puedo hacer con ello…logremos darnos pistas para que ante una situación similar no acabar de la misma manera. Es una gestión complicada, que requiere de mucho autoconocimiento y compasión.
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No quiero que nadie entienda, que me interesa la culpa o el rencor hacia nosotros mismo. Me interesa la observación, el poso, para que haya cambio. Y soy consciente del dolor que genera todo esto.
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El poso