Quizás este primer artículo para un blog que acabo de crear con sudor y muchas lágrimas, no sea el que esperarías . No os voy a hablar de un súper alimento, ni de la vitamina B12, ni si dejamos ya de tomar leche o no. Igual no es la mejor manera de iniciarse en un blog, pero os aseguro que es la mía.
Este artículo va dedicado a mis pacientes. Ya que sin ellos mi trabajo no tiene sentido.
Siento que la confianza en su proceso, reside más en mí, que en ellos mismos. No son pocos los que se despiden de la consulta hasta la próxima con un «a ver lo que me dura», «toquemos madera» o «no las tengo yo todas conmigo». Me da mucha rabia, porque cuando yo los veo la primera vez, confío ciegamente, sé que van a ir aprendiendo y dando pasos. Y que logren llegar a su objetivo no depende mas de lo que sean capaces de creérselo.
Soy muy consciente del precio altísimo que cuesta crear nuevos hábitos. Por eso no comprendo cómo no podéis valorar cada paso que dais, aunque os parezca mínimo, también a pequeños pasos se llega al final del camino, no hacen falta grandes zancadas. Sólo con la diferencia de los pasos pequeños consolidan el camino y las zancadas no suelen hacerlo.
Por eso os invito en que confiéis en vosotros, en que cada vez vais teniendo más recursos y herramientas para salir adelante. Habrá recaídas, momentos en los que parece que se detiene el tiempo, pero pasarán.
Os pediría que empezaseis a creeros aunque al principio sea de mentirijilla, que el camino lo estáis haciendo vosotros de la mejor manera que podéis en este momento en el que estáis. Sabemos que las palabras hacen realidad, y lo que me digo es sumamente importante. Así que repetíos a modo mantra «que lo estáis haciendo bien».
Yo os acompaño, voy de la mano, pero todo el mérito es absolutamente vuestro.
Yo siempre confío, confío en mí, en que siempre voy a poder salir adelante con mayor o menor dificultad, confío en mis recursos y confío en la gente de primeras. Porque me cuesta mucho más esfuerzo andar todo el día desconfiando y esperando la desilusión. Me niego a vivir así. Les doy la gracias a «Confía, coño» (pincha aquí para más info) por poner en marcha un proyecto con el que me siento muy identificada y os invito a que leáis su manifiesto.
Y sobre todo os pido queridos pacientes míos, que revertáis esa confianza que tenéis en mí y la depositéis en vosotros.