Saltar al vacío.

Esta planta y yo llevamos juntas dos años, dos años desde que decidí dar un vuelco a mi vida. Saltar al vacío es una de mis especialidades.
No sé de donde saqué la fuerza para dar el paso, porque en ese momento no sentía que la tuviera. Pero vaya si estaba.
He trabajado mucho, como todos, sintiendo que ésto era temporal, efímero, que no duraría. Esperando que hubiera una oferta de trabajo «seria» que me salvase. Si vienen cambios bienvenidos sean, pero ya no siento miedo y no espero que nadie me salve. Estoy tranquila con lo que hago y me encanta. No sé lo que durará, pero sea el tiempo que sea, sé que siempre puedo volver a levantarme. No empezar de cero, eso es imposible, pero tirar para delante sí.
En estos dos años he conocido a gente increíble, he llorado, he reído hasta el dolor de barriga, he tenido miedo, dudas, me he equivocado mucho, y he aprendido muchísimo más, me he acostumbrado a vivir en el alambre y a disfrutarlo. Y sigo con ganas de más.
¿Y mi planta qué? Ella está fuerte y creciendo mucho. Pues eso, viva el 3 de mayo.
Pd: seguiré bailando hasta el apagón, siempre.