“Voy hacia lo que menos conocí en mi vida: voy hacia mi cuerpo”

El título de este post pertenece al poemario “Hospital Británico” de Héctor Viel Temperley, un poeta y escritor argentino, que lo escribió cuando estaba internado en un psiquiátrico.

Su cita, es la que mejor representa para mí, lo que suponen los trastornos del comportamiento alimentario. Esa falta de conexión y escucha con el cuerpo. Como si en realidad, el cuerpo fuera un auténtico desconocido.

Día internacional de la lucha contra los trastornos del comportamiento alimentario (TCA)

Sin duda, es un día especial para mí porque, gran parte de mi vida y mi trabajo lo dedico a ello. Aprovecho para recordar que, normalizar y visibilizar, no significa hacer apología. Significa dar un espacio de libertad a las personas que sufren TCA, lejos de la culpa y de la oscuridad.

Cualquier persona que está pasando por un TCA, lucha consigo misma cada momento. Una lucha agotadora, por cierto.

Me sigue asombrando el desconocimiento que hay, la falta de empatía y respeto. Es algo habitual en las enfermedades mentales, más si estas se dan mayoritariamente en mujeres.

Uno de los mitos de los TCA es, precisamente que, se da por hecho que solo afectan a mujeres. Si bien es cierto que comenzaron afectándonos casi en exclusiva, “gracias “a la presión ejercida sobre nuestros cuerpos en general, también se está extendiendo a hombres. Otro dato preocupante, es la edad de debut. Cada vez aparecen antes, incluso en niños y niñas muy pequeños.

Pueden aparecer a cualquier edad y, en todas, son igual de dañinos

Este es otro de los mitos con los TCA, la edad a la que surgen. Parece que solo se los relaciona con la búsqueda de identidad y que son propios de la adolescencia. Pero esto, es un error. Los TCA aparecen en cualquier edad, y en todas ellas tienen la misma importancia. No es algo que «ya se te pasará”, o es que últimamente «estás muy tont@ con la comida”, se trata de una dolencia que hay que tratar y sanar.

En ocasiones también se han llegado a asociar con las clases sociales más «pudientes», sin embargo, poco tienen que ver con la renta per cápita.

Lo que quizá sí tiene que ver con el dinero, es la posibilidad de recuperación. Ya que las unidades especializadas en el tratamiento en la Sanidad Pública, son escasas o nulas y, salvo en alguna comunidad, se trabaja desde el ámbito privado.

Por ello, en el post anterior, hacía referencia a la necesidad de la incorporación del dietista – nutricionista a la Sanidad Pública. De esta manera, el acceso a nosotros sería gratuito, y la creación de unidades de TCA dejaría de ser una utopía para las familias afectadas por TCA.

Los nutris especializados en TCA, podríamos trabajar de una manera conjunta con los demás especialistas, sin tener que montar equipos por nuestra cuenta. Centralizar los servicios, ayuda muchísimo a paciente y familiares.

Si no es tu peso, no es tu comida, no es tu cuerpo…No es tu asunto

Otra cosa que dificulta enormemente la recuperación y es el pan nuestro de cada día, son los comentarios continuos y las valoraciones sobre el aspecto físico y la comida.

Dicen que si nos tiene nada interesante que decir, es mejor callarse. Y eso es justo lo que quiero recomendar hoy: Sí, lo mejor que puedes hacer es callarte.

Sé que es difícil, porque vivimos en una sociedad en la que hablar de los cuerpos de los demás se ha convertido en algo demasiado habitual. Como si en realidad en lugar de estar tratando con personas, estuvieses viendo maniquíes inertes.

Si no tienes nada inteligente que decir, es mejor callarse

Pero, párate por un momento. Ponte en el lugar de esa amig@, compañer@ de trabajo, prim@, novi@, herman@… que está, aparentemente tranquilo, comiéndose un trozo de pan después de mucho tiempo de lucha contra sus propios demonios y, de repente, vas y le dices: “¿Solo vas a comer eso? menuda miseria” o “ Yo pensaba que no comías pan”.

¡Boom! Automáticamente, se activa la luz de emergencia en su cerebro, y empieza de nuevo la lucha entre el deber y el querer, entre seguir en la enfermedad o apostar por su vida. No necesitan ningún Pepito Grillo, por favor.

Los TCA son un autocastigo terrible para la persona que los padece. Por favor, no hagas que sea más duro con tus comentarios.

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